lunes, 3 de junio de 2013

"PROPOSITION JOE" MOURINHO



ARTICULO: JAVIER DIAZ

Dontaye Draper es un trotamundos de la canasta. Ahora juega en el Real Madrid pero, allí por donde va luce con orgullo, en forma de tatuajes, su procedencia. No es de un sitio cualquiera. Es de Baltimore. Perdón. De West Baltimore.

"The Wire" es mi serie de cabecera. La primera temporada retrata, como nunca antes se había retratado, el mundo del narcotráfico desde todos los puntos de vista: la de los "polis", la de los "yonkis", la de los "trapicheros"... Se desarrolla en Franklin Terrace, un gueto de la zona oeste, que, en la realidad se llama Lexington Terrace. Allí nació y creció Dontaye. Un tipo duro.

En uno de los capítulos, Avon Barksdale, "capo" del narcotráfico del oeste, contrato a un prometedor jugador de instituto para el día más importante del año. En un "Playground" juegan West Baltimore contra East Batimore. No es un partido cualquiera. El orgullo está en juego y se paraliza hasta el menudeo. Parece que este va a ser el año de los del oeste. Pero "Proposition" Joe, el que maneja el cotarro de la otra zona de la ciudad, tiene reservada una sorpresa. Tiene en el banquillo una carta escondida. Es el entrenador que lleva ganando los últimos seis años.

Por eso tengo claro que, tras la llegada de Neymar a Barcelona y su negativa a la oferta del Madrid, Florentino Pérez deberá desempolvar la chequera para traer a Garreth Bale, Luís Suárez, Edinson Cavani o al mismísimo sursumcorda. O a todos ellos. Necesita ilusionar al madridismo. Lo logró hace tras años cuando, tras eliminar al Barça de Guardiola en semis de la Champions de 2010, y llevar a la escuadra "Beneamata" a ganar un título que se le resistía desde el año 65, fichaba a José Mário dos Santos Mourinho Félix para manejar la suerte de los de Concha Espina.

Mourinho sonríe durante una rueda de prensa- (REUTERS)
En este país, en el que la envidia es el deporte nacional(bueno, más bien era. Ahora es el de saquear las arcas públicas), podemos decir que Jose Mourinho es un tipo con suerte. Suerte de encontrarse en su vida con el llorado Sir Bobby Robson. De poder aprender de Louis Van Gaal. De encontrarte con un jugador espectacular que estaba perdido por el Salgueiros. De que, en el momento más oportuno, Costinha en Old Trafford o Carlos Alberto en Gelsenkirchen marquen el gol de su carrera. Suerte de que Markus Merk, uno de tus siempre denostados referees, considere que la "patadita" de Jorge Andrade a su amigo Deco no era tan cariñosa. O de que erupcione un volcán en Islandia que cierre el espacio aéreo europeo y que obligue a tu rival a desplazarse mil kilómetros en autobús.

Pero los que creemos, y digo creemos, que entendemos un poco de esto, sabemos que no. Detrás de todo esto hay un trabajador y estudioso de este deporte, que hace de sus equipos un prodigio táctico. Un talento psicológico descomunal para manejar grupos de egos tan grandes como sus cuentas corrientes. Un perfecto dominador y manipulador del famoso "entorno", interpretando un papel en el que se mueve como pez en el agua. Rafa Benítez, a su llegada a Milán, tras el periplo de "Mou" en el Inter, le confesó a un amigo:"este vestuario es tierra quemada". Esto es prueba del nivel de exigencia de su labor y de como exprime hasta el último resuello de sus futbolistas. Como "Proposition" Joe en la ficción televisiva, recurre a todos los métodos posibles para alcanzar la victoria de los suyos.

En mi opinión, a pesar de que se le recordará por el error de poner a Pepe de central en Dotmund  y desplazar a Sergio Ramos al lateral, desoyendo una máxima imperecedera "made in" Boskov que es que "squadra qui vince non si cambia", de su enfrentamiento con capitán, vestuario, entrenador del filial, director deportivo, prensa y, hasta maría santísima, de no lograr la ansiada décima, o del ridículo de acabar con la racha del Atlético de Madrid, siempre quedará que en su primera visita al coliseo azulgrana como entrenador "merengue" se llevó un "jorobu". Dos años y medio después arrasó a su clásico rival en su último partido en el Camp Nou. Aquí no habrá Materazzi que le llore. Únicamente quizás Karanka le extrañe. Pero ha vuelto a poner al Madrid dentro de la jerarquía europea.

Como aficionado del Barça, ¿creo que la marcha de Mourinho es una buena noticia?: rotundamente sí.