ARTICULO: FERNANDO CUEVAS
Salvatore Schillaci más conocido en su circulo intimo como Totó, salto a la fama
futbolistica en el Mundial de Italia 90, de la noche a la mañana paso de ser un total desconocido a ser el salvador de toda una nación.
Nacido el 1 de diciembre de 1964 en Palermo, Schilacci comenzó su carrera profesional en el Club AMAT Palermo en 1981.En 1982 llegó al Messina que entonces jugaba en la Serie C del Calcio. Desde sus inicios, Salvatore no se distinguió por su técnica y si por su oportunismo y movilidad en el área rival. Entre 1982 y 1989 disputó más de 180 partidos en las Series B y C anotando la nada despreciable cifra de 61 goles.
Siendo un total desconocido para los aficionados en general, fue contratado por la Juventus de Turín en 1989, en la era post-Platini.
Totó fue el último jugador en la lista final para el mundial. No contaba para nada en el once titular donde Vialli y Carnevale eran los jugadores titulares. El 9 de Junio de 1990, Estadio Olímpico de Roma, Italia debutaba en su mundial ante Austria que por entonces contaba con jugadores como Rodax o Polster. Italia debía vencer cómodamente pero el tiempo pasaba y la delantera local no era capaz de marcar las ocasiones creadas. Los tifosi se desesperaban viendo como su equipo fallaban ocasiones de gol y acabaron por silbar a su equipo cada vez que tocaba el esférico. Faltando 15 minutos para el final el seleccionador Vicini no aguantó más y se la jugó. Sacó del campo a Carnevale y metió al desconocido Schillaci. La sustitución no sólo cambió el partido. Cambió su vida. Tan sólo tres minutos bastaron para que Totó empezara a escribir su nombre en la historia de los mundiales.Vialli se internó por la banda, colgó la pelota y allí estaba Schillaci que con un sólido testarazo acabó con la muralla austriaca. Es Olímpico se vino abajo y Totò fue portada en todo el país. La prensa italiana no tardó en dedicarle titulares tan explosivos como: “Totò, tú nos haces soñar”, “Con Totò la fiesta no termina” o “Totò el genio del gol”, se había convertido de la noche a la mañana en todo un idolo de masas.
Para el segundo partido de la primera fase, ante Estados Unidos, Salvatore volvió al banquillo y Carnevale inició el encuentro. Otro mal partido del delantero del Nápoles motivó su salida casi al inicio del segundo tiempo. Pero esa noche, ni Schillaci pudo lavar la imagen de Italia que se impuso por la mínima y pudo haber empatado de no ser por una gran parada de Walter Zenga. Las críticas volvieron a arreciar.
En el último partido de la primera fase frente a Checoslovaquia, Schilacci y Roberto Baggio salieron de inicio, marcando los goles con los que los azzurri se impusieron a los checos (2-0). Ambos serían titulares el resto del torneo.
En la segunda ronda la actuación del “Totò″ fue más que fantástica. Abrió el marcador ante Uruguay, al anotar uno de los tantos más bellos del torneo. Italia se impuso por 2 goles a 0.
Llegó la tan esperada semifinal ante Argentina jugada en el estadio del Nápoles. Schillaci volvió a marcar en el minuto 17 pero un error de Zenga, quien llevaba toda la competición sin encajar un gol permitió a Cannigia nivelar la contienda. Argentina se defendió bien y se llegó a la tanda de penaltis donde el “ángel argentino” Sergio Goycochea detuvo los penaltis de Donadoni y Serena y provocó el la frustración de millones de italianos que vieron como Italia quedaba fuera de su mundial.
En el partido por el tercer y cuarto puesto Baggio y Schillaci dieron cara por la selección y sus dos goles le dieron a Italia el bronce. Schilacci terminó la competición con seis tantos, se adjudicó la Bota de Oro y se hizo mundialmente famoso. Fue una de las pocas alegrías que se llevó Italia y su número 19 fue la camiseta más comprada por los aficionados.
El llamado “Padrino del Gol” (por su origen siciliano), siguió jugando con la Juve pero su estrella se fue apagando paulatinamente. En dos años marcó solo 9 goles con el equipo de Turín y en la temporada 92-93 fue traspasado al Inter de Milán. Su mal momento influyó en gran parte para que Italia quedase fuera de la Eurocopa de la 1992. Su paso por el Inter fue fugaz dejando tan sólo 11 goles en dos temporadas. Su nombre fue súbitamente olvidado por los amantes del calcio.
En 1994 fichó por el Júbilo Iwata de Japón siendo el primer jugador italiano de la historia en competir allí.
De el no se supo más como futbolista, en la actualidad hace sus pinitos en el cine.
Video de sus inicios en el Messina donde jugo entre 1983 y 1989 en la Serie B y C del Calcio
Video del partido del Inter Milan vs Juventus
Video del Mundia de Italia´90 donde se convirtió en un héroe para los Tiffosi
Video del Mundia de Italia´90 donde se convirtió en un héroe para los Tiffosi